Prólogo del libro: El Espíritu eterno

La autora de esta novela histórica, Elena Jiménez Pérez, es mi profesora en la Universidad de Málaga en este año académico 2009/2010, en una asignatura llamada Técnicas de Comunicación Oral y Escrita. Ésta materia es importante en la vida de cualquier estudiante porque corrige, mejora y amplía los conocimientos que éste tiene a la hora de comunicarse de forma oral y escrita. Por ello, con motivo de trabajar la comprensión lectora de sus alumnos, Elena nos mandó leer su obra y realizar un trabajo (parte de ese trabajo es el prólogo que estoy realizando)

Desde el primer momento que vi la portada del libro y leí la sinopsis que acompaña en su contraportada, supe que iba a ser una obra cuya lectura iba a ser de mi agrado, ya que te adentra en una historia real, elaborada tras ocho años de investigación, llena de misterios, intriga, toques de humor irónico y cuyo tema principal es la muerte, aspecto de la vida al que la mayoría de la gente le tiene miedo, piensa en ella o van en su búsqueda.

El espíritu eterno está escrito con un lenguaje culto, acompañado de comentarios irónicos que te arrancan una sonrisa a pesar de la dureza de la trama. También hace uso de frases típicas de la Málaga natal de la protagonista, Marina Mun, y otras escritas en latín, ya que, como apunta una de ellas: lo que se dice en latín suena profundo (quidquid latinum dictum sit altium videtur). Por otra parte la historia está enlazada con cada tema que aborda de forma perfecta, y aviva tu interés en ella desde su primera frase: sabe a sangre. Por todo ello, y si eres una persona que disfruta leyendo novelas plagadas de misterio, intriga, aventura, amor, connotaciones mágicas y el binomio vida y muerte, ésta es una obra que no deberías perderte.